Cuando famélica verdad
y obesa mentira
se sentaron a la mesa;
se miraron a la boca
y comprendieron que serían
Una pareja perfecta:
El más hambriento dejaría
Limpios todos los platos
Y ambos comensales
Quedarían hartos.
Es así como se guisa
En la falaz cocina
Que ni engordan las verdades
Ni alimentan las mentiras.
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